España ha registrado un notable incremento en los casos de sarampiónm en los primeros dos meses de 2025, contabilizando al menos 107 infecciones y manteniendo ocho brotes activos en diversas comunidades autónomas. Esta cifra supera con creces los datos del mismo período en 2024, cuando se reportaron aproximadamente 15 casos, y representa casi la mitad del total anual de ese año, que fue de 217 casos.
Según ha informado el diario El País, el brote más significativo se localiza en Bizkaia, con 51 personas afectadas, de las cuales 21 son profesionales sanitarios. Este brote se originó en noviembre tras la llegada de un turista no vacunado que acudió a un centro sanitario, y desde entonces ha continuado propagándose.
La reaparición del sarampión en España se atribuye principalmente a casos importados desde países como Rumanía y Marruecos, que han experimentado epidemias severas recientemente. Estos casos importados desencadenan brotes al entrar en contacto con personas no vacunadas o que no han contraído la enfermedad previamente.
Además de Bizkaia, otras regiones afectadas incluyen Málaga, donde se han reportado dos brotes en febrero, uno en una guardería de la Costa del Sol con diez niños infectados y otro en un instituto de Mijas con dos adolescentes contagiados. En Toledo, se han confirmado seis casos, dos de ellos en profesionales sanitarios del Hospital Universitario de Toledo.
Expertos en salud pública enfatizan la necesidad de reforzar las medidas preventivas, especialmente en entornos sanitarios, y recomiendan la vacunación de refuerzo para aquellos que no estén adecuadamente inmunizados. A pesar de que España mantiene una alta cobertura de vacunación infantil, con un 97,8% en la primera dosis, la segunda dosis presenta una cobertura del 94,4%, ligeramente por debajo del 95% considerado necesario para prevenir brotes.
El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa que se transmite por gotículas respiratorias y puede provocar complicaciones graves, como encefalitis. Los síntomas iniciales incluyen fiebre alta, tos, secreción nasal y conjuntivitis, seguidos de una erupción cutánea característica. La vacunación sigue siendo la medida más efectiva para prevenir su propagación y proteger a la población.