El Ministerio de Sanidad ha sacado a consulta pública este viernes 4 de abril la propuesta de proyecto de Orden Ministerial por la que se aprueba y publica el programa formativo de la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias, así como los criterios de evaluación de los especialistas en formación y los requisitos de acreditación de las unidades docentes.
A partir del próximo lunes, 7 de abril, y hasta el próximo día 22, el Ministerio de Sanidad recabará a través de esta consulta pública la opinión de ciudadanos, organizaciones y asociaciones “potencialmente afectados por la futura norma”.
Todos ellos disponen así de quince días para enviar sus aportaciones acerca de los problemas que se pretenden solucionar con la iniciativa, la necesidad y oportunidad de su aprobación, los objetivos de la norma y las posibles soluciones alternativas regulatorias y no regulatorias.
El tramité de información pública se realizará a través del portal web del Ministerio de Sanidad, que solo considerará aquellas respuestas en las que el remitente esté identificado: “Los objetivos de la norma son imprescindibles para garantizar la formación de especialistas en Medicina de Urgencias y Emergencias y de esta manera dar respuesta a las necesidades sanitarias en esta área de especialización”.
Esta Orden Ministerial tiene como objetivo que las primeras plazas de médico interno residente (MIR) de la especialidad estén disponibles lo antes posible. Así lo reconoció la propia Mónica García en una rueda de prensa posterior al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en el pasado mes de diciembre.
Dicho programa formativo tendrá una duración de cuatro años, y los dos primeros serán comunes a la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. Desde que esto se anunció, no obstante, las sociedades científicas de Atención Primaria siempre se han mostrado muy susceptibles a la formación común con los futuros urgenciólogos, sobre todo dado lo mucho que les ha costado sacar adelante su propio programa formativo, que iba camino de cumplir las dos décadas sin actualizarse cuando la última versión vio la luz el año pasado.