El Hospital Universitario Ramón y Cajal, centro público de la Comunidad de Madrid, ha incorporado de manera pionera la ecografía intracardiaca en 4D para la implantación de una válvula tricúspide sin necesidad de recurrir a la cirugía a corazón abierto. Hasta la fecha, el hospital ha intervenido a 13 pacientes mediante este procedimiento, que supone un avance significativo en el tratamiento de patologías valvulares complejas.
El procedimiento está indicado para pacientes con insuficiencia severa de la válvula tricúspide, que presentan un alto riesgo quirúrgico y no pueden ser tratados con técnicas menos invasivas, como el implante de anillos percutáneos o dispositivos de cierre. La intervención se realiza a través de un catéter introducido por la ingle, evitando cicatrices visibles y permitiendo una recuperación rápida del paciente.
El coordinador de la Sección de Cardiología Intervencionista del hospital, Dr. Ángel Sánchez Recalde, ha destacado que la utilización de esta tecnología mejora la seguridad y precisión del procedimiento, ya que «no queda ningún tipo de cicatriz” y “prácticamente no existe dolor ni postoperatorio, con lo cual la recuperación y la vuelta a la vida cotidiana es rápida».
La aplicación de la ecografía intracardiaca en 4D ha sido posible gracias a la combinación de un nuevo equipo de ultrasonidos y un catéter especializado, que permite obtener imágenes de alta calidad y realizar mediciones asistidas por Inteligencia Artificial. «Es esencial disponer de las técnicas de imagen, porque somos los ojos del cardiólogo intervencionista», ha subrayado la Dra. Covadonga Fernández-Golfín, jefa de la Sección de Imagen Cardiovascular del hospital.
Por su parte, la Dra. Luisa Salido Tahoces, médico adjunto de la Sección de Cardiología Intervencionista, ha explicado que en algunos casos, la ecografía transesofágica convencional no ofrece imágenes claras debido a la presencia de prótesis metálicas o marcapasos, lo que hace necesario “utilizar métodos más innovadores como la ecografía intracardíaca 4D”.
«La evolución es mucho mejor en el sentido de que la intervención es menos agresiva, con lo cual permite una recuperación más rápida del paciente», ha concluido la Dra. Ariana González-Gómez, directora de la Clínica Valvular del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal.