Las células del sistema inmunológico llamadas macrófagos desempeñan un papel inesperado en la complicada conexión entre la obesidad y el cáncer.
Así lo ha descubierto un equipo de investigación dirigido por el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos), en un trabajo publicado en ‘Nature’.
La obesidad aumenta la frecuencia de macrófagos en los tumores e induce su expresión de la proteína del punto de control inmunológico PD-1, un objetivo de las inmunoterapias contra el cáncer.