Daniel J. Drucker, médico, (Canadá); Jeffrey M. Friedman, biólogo molecular, (Estados Unidos); Joel F. Habener, endocrinólogo, (Estados Unidos); Jens Juul Holst, químico, (Dinamarca); y Svetlana Mojsov, química, (Macedonia y Estados Unidos) han sido galardonados con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2024, según ha hecho público hoy el jurado encargado de su concesión.
Según ha informado la Fundación Príncipe de Asturias, el jurado de este Premio –convocado por la Fundación Princesa de Asturias– estuvo presidido por Pedro Miguel Echenique Landiríbar e integrado por Jesús del Álamo, Alberto Aparici Benages, Juan Luis Arsuaga Ferreras, Juan Ignacio Cirac Sasturáin, Avelino Corma Canós, Elena García Armada, Bernardo Hernández González, Jerónimo López Martínez, Amador Menéndez Velázquez, Ginés Morata Pérez, Peregrina Quintela Estévez, Inés Rodríguez Hidalgo, María Teresa Telleria Jorge, María Paz Zorzano Mier y Cristina Garmendia Mendizábal (secretaria).
Esta candidatura ha sido propuesta por Philip Felgner, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2021.
En los últimos años se ha producido un gran avance en el tratamiento de la diabetes tipo 2, con la aparición de fármacos que utilizan como principio activo la semaglutida, un péptido semejante a una hormona, el glucagón-1 o GLP-1, que juega un papel de contrapeso de la insulina en el equilibrio del azúcar en sangre.
Cuando el nivel de azúcar baja, el glucagón induce al hígado a liberar glucosa y cuando sube se genera más insulina, que se encarga de reducir el exceso. Además, la semaglutida produce una notable reducción del apetito, lo que ha convertido en un éxito al Ozempic, uno de los fármacos producidos con este principio activo.
La revista Science designó a estos fármacos contra la obesidad como el mayor avance científico de 2023. Drucker, Habener, Holst y Mojsov comparten el reconocimiento de haber iniciado y desarrollado esta investigación desde los años setenta del pasado siglo. Desde sus diferentes laboratorios estudiaron las hormonas que intervienen en el proceso y regulan el metabolismo digestivo, como la somatostatina, que inhibe la producción de glucagón y de insulina, y variantes del glucagón, denominadas GLP-1 y GLP-2, y comprobaron que este sistema de homeostasis podía ser una diana terapéutica efectiva contra la diabetes de tipo 2.
La semaglutida (como algunas otras moléculas semejantes) funciona como agonista del receptor del glucagón GLP-1, por lo que inhibe la producción de esta hormona, reduciendo los niveles de azúcar en sangre y mejorando el crecimiento de las células betapancreáticas, responsables de la producción y liberación de insulina.
Además, se ha comprobado que tiene efectos protectores de accidentes vasculares en adultos con obesidad, indicación autorizada recientemente por la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés).
Por su parte, Friedman descubrió en 1994 otra hormona, la leptina, que se genera en las células grasas o adipocitos y actúa sobre la región cerebral que controla el apetito. Se trata de un sistema en equilibrio: cuanta más grasa hay más leptina se produce, lo que disminuye el apetito, reduciendo la grasa del organismo y por tanto la producción de leptina. En el caso de los obesos este mecanismo está desequilibrado. También ha estudiado la predisposición genética a la obesidad.